la acequia más antigua del mundo cuyo cauce es natural.
Teniendo en cuenta que era un caluroso día de agosto, con temperaturas por encima de 35ºC , nos decantamos por realizar una ruta corta y muy sencilla.
Aparcamos en frente del Balneario justo donde podemos acceder a la Acequia del Toril, la acequia más antigua del mundo cuyo cauce es natural.
No encontramos ninguna señalización y el móvil no tenía cobertura así que hicimos un pequeño recorrido por los alrededores. A unos 200m del balneario, siguiendo la carretera cruzamos un puente y encontramos unas magníficas pozas naturales termales. Según nos informaron los lugareños que se encontraban en ellas, el agua suele estar a unos 25 ºC y tiene numerosas propiedades terapéuticas.
Volvimos por la carretera, poco transitada, de nuevo al aparcamiento y allí comenzamos la ruta por un amplio camino flanqueado por un espectacular muro de piedra caliza, toda una obra de arte natural esculpida por la sedimentación y las sales minerales de agua
Es asombroso el contraste entre la abundante vegetación que decora la ruta y el árido entorno fruto de la escasez de precipitaciones. El muro rezuma agua y gotea favoreciendo el crecimiento de helechos que lo decoran de en su totalidad.
A pocos metros hay varias aberturas en la pared natural. En uno de los huecos, con aspecto de cueva, encontramos unas escaleras insertadas en la roca comunicando dos caminos.
Más adelante una nueva abertura que da acceso a unas vistas panorámicas.
Y a continuación pasamos a través del último hueco para seguir por un sendero un poco más estrecho entre dos paredes, este último trecho tiene algo especial, algo de magia, algo de cuento encantado.
A la derecha del sendero hay un tramo accesible de acequia en la que se puede tocar su abundante y cálida agua.
Descendimos un poco y volvimos al aparcamiento bordeando la muralla.
Una ruta, efectivamente corta, pero de una exquisita belleza y de un inmenso valor geológico.